Juan Valencia: Una prueba de voluntad, amor propio y superación al Covid-19

Levantarse a las 3 de la mañana para conseguir las mejores frutas y verduras, cargar el camión, armar puesto de trabajo, vender, gritar, cobrar, desmontar  y volver a la casa con el deber cumplido. Así transcurrían los días de Juan Valencia (71) durante los últimos 40 años como comerciante de las ferias Molineros, Ictinos y Arrieta en Peñalolén. Pero el destino y la pandemia, le jugaron una mala pasada a la familia Valencia Benítez.

Tras ser operado de un cáncer en febrero de 2020, Juan Valencia sufrió una peritonitis que lo dejó al borde de la muerte, y cuando parecía que la vida le sonreía y con alta inminente, el coronavirus lo atacó sin cuartel.

“Fue terrible para todos, este virus me dejó intubado y postrado durante 4 meses, no podía hacer nada sólo y eso me complicaba. De ser un tipo activo e independiente, pasé a ser una carga” Don Juan agrega que el Covid lo dejó paralizado, perdió la movilidad de su cuerpo en el lado izquierdo y a veces no recordaba cosas. “Tenía fiebre, me mudaban, tenía problemas para respirar y yo percibía que mi familia sufría al verme así, estaba desmoralizado” relata.

El 26 de junio Juan Valencia retorno a su casa, pero lejos de aquel Juan activo, ahora lo hacía en camilla, inmóvil y con silla de ruedas. “Mi pareja y yo lo cuidamos 24 horas, nos preocupamos de sus necesidad e intentamos que vuelva  a la normalidad y sea el de antes, esto nos cambió la vida” así comenta Patricia Valencia, hija y cuidadora de Don Juan, quien se trasladó a vivir con él y quién a pesar de que su padre no quería recibir ayuda de nadie, buscó atención en el Centro Comunitario de Rehabilitación (CCR) de La Faena quienes lo incorporaron al Programa “Rehabilitación Basada en la Comunidad” (RBC).

“Las profesionales que revisaron a mi papá se portaron muy bien, le enseñaron ejercicios para que no perdiera la movilidad y pudiera recuperar los desplazamientos, además hubo atención de kinesiólogos, terapeutas ocupacionales y fonoaudiólogos que supervisaron a mi padre todo el tiempo, estoy muy agradecida” explica Patricia.

Para Anita Duarte Kinesióloga y Coordinadora del Programa “Rehabilitación Basada en la Comunidad” (RBC), esta oferta comunitaria releva el trabajo que desarrolla Peñalolén permanentemente con personas mayores en el cuidado y buen trato que merecen “La estrategia de rehabilitación integral utilizada por el programa RBC, brinda atenciones a personas con problemas principalmente físicos y  busca vincular a las personas de todas las edades a la comunidad a través de la inclusión social y de la promoción y prevención de salud, fomentando la independencia y autonomía. Un punto crucial en el Día Mundial de Toma de Conciencia de Abuso y Maltrato en la Vejez” enfatiza Duarte.

El programa que actualmente se ejecuta con modalidad de atención presencial, tele rehabilitación y visitas domiciliarias, atiende gran cantidad de población adulta y adulta mayor “Esto permite llegar a tiempo en el contexto de la rehabilitación, sobre todo hoy en día, que la pandemia ha dejado secuelas importantes en mucha de la población adulta mayor” agrega la profesional de la salud.

Hoy Juan Valencia y su familia miran con optimismo el futuro, el puesto de la feria fue tomado por su hija quien continúa el legado de su padre y Juan aunque creyó que nunca iba a volver a caminar, no perdió la fe. “Anímicamente estoy bien, la ayuda sicológica me motivó a superarme, lentamente voy progresando y veo avances diarios, ya me paro sólo y camino con la ayuda de un “burrito”, pero puedo afeitarme y ser autovalente, esto un golpe de autoestima valioso. Estoy agradecido de la municipalidad y el programa, por ellos, hoy vuelvo a ponerme de pie”.